TORRONTÉS RIOJANO, CÍTRICO Y VERSATIL por Cesar Vera Barros


En adelante voy a contarles del vino blanco, que tendría que ser declarado orgullo provincial.

Voy a desarrollar brevemente el torrontés Argentino en general y del torrontés riojano como la variedad más difundida en argentina desde salta hasta rio negro.

Primero tenemos que decir con certeza que se trata de una uva blanca, exclusiva de Argentina, existía una vaga idea que era una mutación de la torrontés española oriunda de Galicia y difundida en la península. Pero los últimos estudios de ADN del año 2003 establecen que es una cruza entre la Variedad Moscatel de Alejandría y la Criolla Chica, que dio origen otra variedad muy diferente a la española, para mí esto es lo más certero en cuanto a su origen.

En nuestro país existen tres variedades de torrontés, el riojano, el mendocino y el sanjuanino. Siendo el riojano la segunda uva blanca más plantada en el país, según los datos estadísticos del 2009, que difunde el instituto nacional de vitivinicultura, con esto podemos empezar a inflar el pecho.

Incluso en los valles calchaquíes cuya gran representación esta Cafayate en salta, la variedad blanca ahí plantada es la de torrontés riojano.

A grandes rasgos y generalizando, desde mi punto de vista el torrontés riojano, se caracteriza por su perfume,  cultivado en el valle de Famatina en La Rioja, da vinos con aromas cítricos y delicados, versus los florales e impetuosos de los valles Calchaquíes.

Si bien alguna vez escuche que el torrontés es el vino que sabe a la uva, su aroma nos recuerda a jazmín, azahar, rosas, frutos cítricos y  frutos tropicales, también algo de ruda y cascara de cítricos confitadas. En boca repite la fruta, con sabor agradable que recuerda a la uva moscatel.

Es una variedad vigorosa y rendidora, pero  si no se la protege del sol, se pardean las uvas intensificando el sabor amargo. Hoy gracias al correcto manejo de las hojas para proteger las uvas de la insolación, al manejo del rendimiento y con una cosecha sensitiva, nos encontramos en góndola con productos frescos, florales y con un leve amargor, que en años anteriores al estar marcado este ultimo te hacia amar u odiar en la misma manera a este vino.

Así también Es una variedad muy dúctil, probada con buenos resultados en vinos tranquilos o sin burbujas, en vinos espumosos, como en vinos dulces de cosecha tardía. Conseguimos fácilmente etiquetas famosas de Salta, Mendoza, San Juan y Neuquén.  En la rioja podemos encontrar productos únicos y diferentes como el brut de torrontés de la cooperativa la riojana, o el torrontés clásico de valle de la puerta. Es ideal para tomarlo hasta los dos años de elaborado, porque tiene una rápida tendencia al envejecimiento. Se encuentran pocos casos de torrontés envejecidos, aunque  prefiero tomarlo siempre fresco y joven,  sin paso por madera.

La segunda razón para estar orgullosos de nuestra variedad, es que corría el año 1987, los enólogos de la entonces Bodega Nacari, Guillermo “el nene” Neira y Jorge Ruitti, deciden enviar una muestra de su torrontés esmerilado Nacari, al Concurso Internacional de vinos de Blaye y Bourg, al norte de Burdeos en Francia, cuyos premios se enunciarían en Vinexpo. Hoy este concurso solo se llama Challenge International du Vin y es el concurso de vinos más antiguo e importante en el mundo. 

El resultado para ese tiempo fue épico, si bien los vinos argentinos ganaron medallas, el premio mayor, el Trophy o como se lo llamaba en ese entonces el “Oscar” de los vinos de ese concurso, en la categoría vino blanco seco del mundo, fue para este vinito aromático que habían creado estos enólogos, entre miles y miles de muestras de vinos de todo el mundo. 

Hay que recordarlo porque fue significativo, por ser el primer gran reconocimiento para la Argentina a nivel mundial y la paradoja es que fue conseguido por un vino blanco, siendo que desde siempre, incluso ahora nos reconocieron en el resto del mundo por hacer vinos tintos. 

Tuve la suerte de encontrarme al Nene Neira, tomando una copa entre los cerros de Chañarmuyo, donde me contó muchas anécdotas con respecto a esta gesta, esperemos que alguna vez saque un torrontés con su firma.

La tercera razón de seguir orgullosos de nuestra variedad provincial, es que tenemos en actividad a quien es considerado actualmente al rey del torrontés, el Dr. Guillermo Griguol, jefe de enología de la Cooperativa La Riojana, quien tras muchos años de estudios pudo separar e identificar la levadura autóctona del torrontés riojano, esto sirvió para que la misma se reproduzca en laboratorio y se comercialice internacionalmente, gracias a este descubrimiento se pueden conseguir vinos torrontés de alta calidad, sin defectos en su fermentación.

Mi recomendación es tomarlo frío no helado, o como en las siestas riojanas de chaya con hielo y soda transformándose en un cocktail.  

En síntesis un vino versátil, que hoy no cansa, para que lo consumas responsablemente como prefieras.


Cesar Vera Barros
@cesarverabarros

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